jueves, 3 de diciembre de 2009

Las mejores películas de la historia. La vida es bella.




TRAILER.



TITULO ORIGINAL La vita è bella
AÑO 1998

DURACIÓN 117 min. Trailers

PAÍS: Italia

DIRECTOR Roberto Benigni
GUIÓN Roberto Benigni & Vicenzo Cerami
MÚSICA Nicola Piovani
FOTOGRAFÍA Tonino Delli Colli
REPARTO Roberto Benigni, Nicoletta Braschi, Giorgio Cantarini, Marisa Paredes, Giustino Durano, Horst Buchholz
PRODUCTORA Miramax International / Mario & Vittorio Cecchi Gori presentan una producción Melampo Cinematografica

GÉNERO Y CRÍTICA
Más información 1998: 3 Oscar: mejor actor (Roberto Benigni), mejor película extranjera, mejor banda sonora. 7 Nominaciones. 1998: Cannes: Gran Premio Especial del Jurado. 9 David de Donatello. Montreal: Premio del Público / Comedia. Drama. Nazismo. Holocausto / SINOPSIS: Unos años antes de que comience la Segunda Guerra Mundial, un joven llamado Guido llega a un pequeño pueblo de la Toscana italiana con la intención de abrir una librería. Allí conocerá a Dora, la prometida del fascista Ferruccio, con la que conseguirá casarse y tener un hijo. Con la llegada de la guerra los tres serán internados en una campo de concentración donde Guido hará lo imposible para hacer creer a su hijo que la terrible situación que están padeciendo es tan sólo un juego. (FILMAFFINITY)

Hermosísima historia “chaplinesca” que conquistó el corazón de medio mundo. La ternura, la sonrisa y la tragedia se entremezclan -como hacía muchos años que no se había visto- en una película imprescindible de los noventa. El mayor éxito internacional del cine italiano desde la época dorada de Fellini, multipremida, formidables críticas y una excelente taquilla son algunos de los datos de esta fábula sobre el escapismo de la imaginación en los tiempos del horror nazi. Si todavía no la ha disfrutado véala cuanto antes: reirá y llorará como todos. (Pablo Kurt: FILMAFFINITY)

BANDA SONORA.

Las mejores películas de la historia. La naranja mecánica.







* Título original: Clockwork orange
* Año: 1971
* Duración: 1,37
* Compañía Productora: Warner Bros Pictures
* Distribuidora: Warner Española S.A.
* Distribuidora DVD: Warner Home Video Española S.A.
* Género: Drama
* Reparto: John Clive, Malcolm McDowell, Michael Bates, Patrick Magee, Warren Clarke,
* Dirección: Stanley Kubrick,
* Productor: Stanley Kubrick,
* Guión: Anthony Burgess,
* Música: Wendy Carlos,
* Fotografía: John Alcott,
* Montaje: Bill Butler,
* Dirección artística: Russell Hagg,
* Recaudación: 3.470.096,52 €
* Espectadores: 5.027.280
* Nacionalidad: Reino Unido
* Clasificacion: NO RECOM. MENORES DE 18 AÑOS

Sinopsis:

La historia, sacada de la novela homónima de Anthony Burgess, está ambientada en la Inglaterra de un futuro no bien precisado. El protagonista es Alex, un delincuente menor, líder de una banda de muchachos cuyo primer interés es la “ultra-violencia”. Ésta, junto con la irrenunciable música de Ludwig Van Beethoven, son las dos pasiones fundamentales en la vida de Alex.

Después de uno de sus golpes, a causa de una rebelión de sus compañeros, la policía arresta a Alex y lo manda a un reformatorio. Muy pronto, Alex logra salir de prisión aceptando someterse a un experimento científico: se trata de un tratamiento que promete redimir a cualquier criminal. La cura es una especie de tortura en la que se obliga al paciente a mirar unas películas con todo tipo de escenas violentas mientras se le inyectan unas substancias particulares. Al término del tratamiento, Alex no está verdaderamente curado: en realidad, lo han inhibido respecto a cualquier forma de violencia, pero sólo artificialmente. Es decir, no ha perdido su instinto, sino que han procurado que tenga una reacción de repulsión cada vez que ese instinto se despierte en él.

De esta forma, Alex, apaleado por sus ex compañeros que ya se han hecho policías, acaba en la casa del marido de una víctima suya. Éste, un escritor subversivo, reconoce a Alex y lo impulsa a intentar el suicidio. Su intención es desacreditar el gobierno que permite estas formas de manipulación de las vidas humanas. Sin embargo, el escritor no logra alcanzar su objetivo porque en el hospital se le presenta a Alex un ministro del gobierno que le propone integrarlo en el sistema de poder. Al final, Alex vuelve a ser lo de antes de la cura, pero más astuto, porque ahora seguirá cometiendo violencias bajo la protección del Poder.

BANDA SONORA.

Del cine mudo al sonoro.


El final de la década de los veinte está marcado por la revolución que supuso la llegada del cine sonoro. La primera película que se considera sonora es El Cantor de Jazz, de Alan Crossland. Warner Bros. hizo esta película cuando estaba casi en la ruina, en un desesperado intento de salir a flote, y gracias al éxito del filme logró resurgir e impuso el sonido al resto de las productoras.

Aunque en un principio parecía que la incorporación del sonido restaba expresividad a los planos, pronto se supo aprovechar la capacidad comunicativa que aportaban los diálogos. Los espectadores podían entender mejor las historias y muchos intelectuales vieron la posibilidad de escribir guiones interesantes.

A efectos del cine como sistema global, la incorporación del sonido trajo cambios en la industria. Ya no bastaba con ser fotogénico, sino que la voz tenía que cumplir unas expectativas. En el cine norteamericano muchos actores de origen extranjero vieron reducidas sus posibilidades de triunfar en Hollywood, pues su acento no se ajustaba a las exigencias de los personajes, por lo que se vieron relegados a interpretar papeles muy concretos.

Los estudios, que por entonces aglutinaban en sí mismos todas las actividades cinematográficas de forma vertical (producción, distribución y exhibición), se vieron obligados a realizar grandes inversiones para adaptarse a la nueva tecnología del registro del sonido. Las cámaras de cine, para asegurar una buena sintonización entre la banda sonora y la de imagen, pasaron a rodar a 24 fotogramas por segundo, lo cual implicó también la reforma de las salas de exhibición.

La aparición del sonoro también supuso la necesidad de cambiar la estructura financiera de Hollywood. Con la aparición del sonoro el control de la industria se pierde definitivamente para las empresas puramente cinematográficas, y se concentra en manos de la gran banca y de la industria electrónica.

La llegada del sonido también potenció la importancia de los guionistas en la industria del cine, quienes hasta entonces no habían tenido demasiada. Así llegaron a Hollywood muchos periodistas, escritores y dramaturgos (los hermanos Mankiewicz, Charles McArthur, Ben Hecht, etc) de la Costa Este de los EE.UU. y también de Europa, atraídos por la enorme oferta de trabajo que representaba escribir para la industria cinematográfica.

La llegada del sonoro supuso el despegue definitivo de la industria de Hollywood como hegemón mundial en el ámbito de la cinematografía. A partir de este momento se convertiría en la referencia para todos los profesionales del cine. Actores, directores o productores iniciados en sus países de origen respectivos en el mundo del celuloide tendrían como destino la industria de Hollywwod, bien por medrar en sus carreras profesionales, bien porque las circunstancias sociopolíticas de Europa les obligaba a ello (la Segunda Guerra Mundial fue causa de una gran diáspora de personalidades del cine).

La historia del cine.


La historia del cine se inicia el 28 de diciembre de 1895, cuando los hermanos Louis y Auguste Lumière realizaron la primera proyección pública de imágenes en movimiento. Los Lumière habían inventado lo que muchos han calificado como la fábrica de los sueños mientras que para muchos otros es una fábrica, sí, pero de hacer dinero.
El cinematógrafo, el invento de los Lumière, tenía como antecedente el kinetoscopio de Thomas Edison. Ellos consiguieron fabricar una cámara más portátil y funcional a partir de aquel artefacto, que registraba imágenes en movimiento, aunque no era capaz de reproducirlas. Aunque los hermanos Lumière nunca tuvieron excesiva confianza en las posibilidades técnicas y artísticas del nuevo invento, poco a poco estas proyecciones van atrayendo a un número de espectadores cada vez mayor. Las primeras películas combinaban indistintamente dos tendencias cinematográficas que pronto se escindirían: el cine documental y el cine de ficción. Por un lado exhibían escenas de la vida cotidiana, filmadas en exteriores: trabajadores saliendo de las fábricas, trenes, transeúntes… y, por otro, representaciones escenificadas grabadas en interiores. Algunas de estas cintas a las que nos referimos son las famosas Salida de la fábrica (1895) o La llegada del tren a la estación (1895)
Pronto, el particular invento fue distribuido por todo el mundo, bien a través de la compra de la patente, o bien mediante la copia del artilugio. Diferentes inventores alemanes, norteamericanos e ingleses copiaron y mejoraron el cinematógrafo, y puede decirse que a finales del siglo XIX un amplio número de personas en Europa y en Estados Unidos habían visto algún tipo de imágenes en movimiento. Por ejemplo, en el caso de la India, el cinematógrafo llegó solamente un año después de que lo inventaran los hermanos franceses.
Una vez comprobado su potencial económico, el cine se convirtió pronto en un espectáculo de feria, barato y popular, despreciado por los intelectuales, muy alejado de la categoría de Arte bajo la que hoy se le considera. Poco a poco el cine comenzó a dejarse de ver como un espectáculo de feria y ciertos intelectuales ya lo empezaban a reivindicar como un Arte. A partir de 1910 comienzan a producirse en Europa películas de mayor duración y más calidad. En Francia se adaptaron obras de Victor Hugo o Emile Zola, mientras que en Italia se consolidaba una forma de hacer cine que influirá en todo el mundo. Mientras, en Estados Unidos empiezan a fundarse los primeros estudios cinematográficos
En la Exposición Universal de 1900 el aparato causó una gran sensación, lo que supone el impulso definitivo para su expansión. En Estados Unidos se eliminó la marca Lumière del cinematógrafo, tras un forzado conflicto legal, lo que marcó la desligazón del cine europeo y anglosajón. Por su parte, sería la firma de Charles Pathé la que extendería el cinematógrafo a Berlín, Londres, Roma, Moscú… Antes de la Primera Guerra Mundial, el cine francés se había adueñado del mundo. En 1913 la firma Pathé equipaba el 95% de las salas de Bélgica, El 60% de Rusia y el 50% de Alemania. Incluso durante esta época, el cine americano, pese a su producción autóctona continuaba importando filmes franceses. A partir de la Primera Guerra Mundial, el testigo del mayor productor de cine pasaría a manos anglosajonas.
Pronto se vio que la capacidad de conexión con el público que poseía el cine implicaba excelentes expectativas económicas. Aunque hoy hablemos del cine europeo como un cine de autor y de un cine norteamericano centrado en los aspectos comerciales, lo cierto es que a ambos lados del Atlántico pronto se enfocó el cine como un negocio. El cine nació con una pronta vocación industrial, que se concretó rápidamente en la creación de diferentes empresas con la intención de rentabilizarlo, es decir, las productoras. Esta visión del cine como un producto rentable contribuyó a la realización de cada vez mejores películas, haciendo avanzar el lenguaje cinematográfico, ya que el público demandaba mejores historias. Todo ello animaba a las empresas a invertir en esta industria.
Algunas de las películas rodadas durante estas tres primeras décadas han pasado a la historia del cine, convirtiéndose en clásicos y marcando inexorablemente la evolución posterior del lenguaje cinematográfico. El nacimiento de una nación (1915) o Intolerancia (1916), convierten a su autor, David W. Griffith (1915), en uno de los padres del lenguaje cinematográfico, quién concreto en estas dos películas todas las aportaciones hechas en el cine hasta entonces. De la misma manera pasarían a la historia Frizt Lang, Sergei M. Eisenstein, Cecil B. DeMille, Charles Chaplin, Friedrich W. Murnau, Vertov, Jean Epstein, etc
Paulatinamente el cine se iba desarrollando a lo largo de todo el mundo pero no homogéneamente, de manera universal, sino que el cine se impregnó de los valores culturales de cada país. Desde un primer momento se detectaron aspectos y formas de lenguaje en cada país que remitían a una manera de entender la producción distinta, que constituyeron distintas identidades cinematográficas a lo largo del mundo.
A un lado del Atlántico se sitúa la poderosa industria de Hollywood, que desde un principio se conforma entorno a unas pocas sociedades que concentrarán la producción, distribución y exhibición de las películas con el fin de conseguir rentabilizar. Por su parte, las vanguardias europeas (francesa, alemana y soviética, principalmente) se caracterizaron durante los años 20 por su experimentación formal con el lenguaje cinematográfico y reivindicando para el cine el estatus de arte. A pesar de que el cine caminaba con paso firme en todos los países, ya durante los años 20 la producción de Estados unidos comienza a destacar sobre la del resto de cinematografías mundiales, incluida la francesa. En 1920 Estados Unidos produjo 796 largometrajes, frente a los 646 producidos por Alemania o a los 65 en Francia. En este año cerca del 80% de las películas proyectadas en Europa fueron estadounidenses. Hollywood arrancaba como sede mundial de la industria cinematográfica.